Refuerzo con composites
A causa de su facilidad de ejecución y a su coste competitivo, los materiales compuestos a base de fibras o FRP (Fiber Reinforced Polymer), sean de vidrio, carbono o basalto, se van utilizando cada día más en el ámbito del refuerzo de estructuras de hormigón. A causa de su elevada resistencia a tracción, la más utilizada en refuerzo estructural es la fibra de carbono. La fibra de vidrio presenta resistencias a tracción menores, y la fibra de basalto se utiliza en aplicaciones donde se requiera un módulo elástico menor.
Se distinguen básicamente dos tipos de refuerzos, a base de laminados de FRP o con tejidos de FRP
Los REFUERZOS CON LAMINADOS DE FRP se basan en la adhesión al apoyo (generalmente vigas o forjados de hormigón) de una placa laminada de bajo grosor (entre 1,2 y 1.4 mm) de fibra de carbono, con una muy elevada resistencia a tracción (en torno a 3100MPa).
Esta adhesión al apoyo se realiza con resinas epoxi bicomponentes, de forma que el laminado de refuerzo pasa inmediatamente a formar parte de la sección resistente del elemento a reforzar.
Su sencillez y limpieza de ejecución, así como su acabado poco invasivo, hacen que los refuerzos tanto en edificación como en ingeniería civil sean de gran limpieza estética y permiten una afección mínima a las estructuras.
Los REFUERZOS CON TEJIDO DE FRP se basan en la adhesión al apoyo de un tejido de fibra embebida en resina epoxídica en fresco, lo cual permite una elevada capacidad de adaptación y gran versatilidad.
Estos materiales permiten diseñar refuerzos a flexión, a compresión, en condiciones de confinamiento y son imbatibles para diseñar refuerzos frente a solicitaciones sísmicas.
La ejecución de estos refuerzos requiere un equipo de experiencia contrastada para realizar una buena puesta en obra, porque los refuerzos presenten las características para las cuales han sido diseñados.