Refuerzo estructural
Tanto a causa de errores de diseño o ejecución, cambios de uso que modifiquen las solicitaciones al hecho que se ven sometidas o por pérdida de capacidad portante de estructuras de hormigón, muchas veces se hace necesario realizar un refuerzo de las mismas para aumentar su capacidad estructural. En muchos casos se diseña un refuerzo mediante el recrecido con hormigón o mortero, de forma que se adosa un material de características similares al existente, formando una nueva sección resistente homogénea. Para este fin se utilizan morteros de altas prestaciones con retracciones compensadas, aplicados mediante proyección por vía húmeda, por vertido o mediante inyección. Se aconseja la proyección por vía húmeda frente a la vía seca, por el hecho que presenta una mayor homogeneidad de la mezcla, unas características mecánicas del hormigón mejoradas y un aumento de las condiciones de seguridad de la puesta en obra. En muchos casos el recrecido de secciones es más ventajoso realizarlo mediante encofrado de la sección, y el posterior vertido o inyección del mortero especial. En los últimos años han aparecido nuevos morteros específicos para el refuerzo estructural, mediante adición de fibras sintéticas o metálicas, que aumentan mucho la capacidad portante sin aumentar en exceso los grosores de material, permitiendo conservar los gálibos o reducir drásticamente el peso propio añadido por el material de refuerzo. El sistema FRG (FRCM en su versión de mortero de cal) está especialmente indicado para el refuerzo de apoyos de albañilería, mediante el uso de mallas de fibra de vidrio, embebidas en un enlucido de mortero específico, con grosores de tan solo 6 a 25 milímetros. Para la ejecución de capas de compresión se utiliza el sistema HPFRCC, mediante el uso de morteros de muy elevada resistencia con adición de fibras rígidas de acero, que permiten realizar refuerzos en forjados con un grosor de tan solo 10 a 40 milímetros, o incluso refuerzos de pilares sin necesidad de añadir armadura a estos.